La Cruz de Calatrava es, desde hace 130 años, parte del logo corporativo de Patek Philippe. Este símbolo, que consiste en una cruz griega con los cuatro brazos iguales ornamentados con cuatro flores de lis, representa la orden caballeresca más antigua de toda Europa (y posiblemente de todo el mundo).
La Cruz de Calatrava expresa la nobleza inherente a su origen, pues la de Calatrava fue una orden de caballería fundada en el siglo XII. Su heráldica simboliza el coraje, la bravura y la independencia, rasgos históricamente asociados a los caballeros de aquella época. Éstos también son algunos de los valores que mejor caracterizan a Patek Philippe.
Patek Philippe registró oficialmente la Cruz de Calatrava como su símbolo gráfico el 27 de abril de 1887, convirtiéndose así en su marca distintiva legalmente registrada. El 25 de enero de 1908 el registró se renovó para adoptarla también como identificador verbal y elemento distintivo de la marca.
Uno de los motivos que llevó a Jean Adrien Philippe a adoptar la Cruz de Calatrava para su manufactura relojera en 1887 (Patek había fallecido diez años antes) fue precisamente su cualidad gráfica ornamental y el hecho de ser una firma centenaria. El símbolo posee una belleza atemporal que ha permanecido intacta a lo largo de los siglos, siendo ésta también una de las características principales de los guardatiempos de Patek Philippe.
Las cuatro flores de lis aparecen además en el escudo de armas del departamento francés de Eure-et-Loir, de donde era originario Jean Adrien Philippe. Es posible que este hecho le influyera a la hora de elegir un símbolo para su compañía relojera, que desde sus inicios tuvo el claro objetivo de fabricar los mejores relojes del mundo.
Patek Philippe ha usado regularmente la Cruz de Calatrava desde los años 60, tanto en los movimientos como en las coronas, y desde los 80, en toda la comunicación de la empresa. Actualmente, Calatrava es también el nombre de una de las colecciones más emblemáticas de Patek Philippe.