La pasión de Philippe Stern – presidente honorario de Patek Philippe – por los relojes cristalizó en la apertura de un verdadero “templo de la relojería” en 2001: el Patek Philippe Museum. Ubicado en un edificio Art Déco íntegramente restaurado, en la zona de Plainpalais de Ginebra, este museo alberga más de cinco siglos de arte relojero.
Con la idea de ofrecer un recorrido a lo largo de los tiempos, propone paradas en algunas de las más apasionantes épocas de la relojería, desde los antiguos relojes del Renacimiento, con sus mecanismos de hierro, hasta las suntuosas miniaturas; desde las más bellas cajas esmaltadas hasta complicaciones técnicas que superan lo imaginable.
La colección está formada por unas 2.000 piezas, además de por una impresionante biblioteca con casi 8.000 libros dedicados al estudio del tiempo, a la astronomía y a la relojería.
El museo está dividido en dos temas que se complementan: el primero está dedicado a los relojes que ilustran los inicios y la historia de la relojería “portátil”, desde el siglo XVI, concretamente 1530, hasta el año 1850. En ella se puede admirar guardatiempos de todos los orígenes y manufacturas europeas, principalmente germanos, franceses, ingleses y por supuesto suizos.
El otro tema se dedica exclusivamente a los relojes creados por Patek Philippe. Cronológicamente, esta exposición se inicia con las primeras piezas de 1839, año en que Antoine Norbert de Patek fundó Patek, Czapek & Cie con su compatriota polaco François Czapek. Esta sección es el testimonio vivo de toda la historia de Patek Philippe, de sus invenciones, de las complicaciones y de las patentes que la manufactura ha acumulado a lo largo de sus 180 años de existencia.
Este museo privado abierto al público brinda la oportunidad de descubrir y recordar a los ginebrinos, así como a los visitantes suizos y extranjeros, la gran tradición relojera de la ciudad, patrimonio en el cual se enmarca los guardatiempos de Patek Philippe.
Así mismo es un homenaje a los relojeros de ayer y de hoy que se afanan en mantener un saber hacer exclusivo y transmitirlo de generación en generación.
Destinado a coleccionistas y amantes de la relojería fina y a los apasionados de Patek Philippe, la colección del museo tiene sobre todo un objetivo educativo. Su ambición es fomentar pasiones y vocaciones entre los jóvenes y contribuir así a la proyección de la alta relojería.