Uno de las características más apreciadas de los relojes Patek Philippe son sus acabados manuales. Éstos aseguran la total funcionalidad y durabilidad del reloj. Patek Philippe domina perfectamente esta tradición relojera que sin duda, marca un hito en la relojería ginebrina.
Los acabados a mano aglutinan una amplia gama de finas ornamentaciones y sutiles adornos que complementan el reloj una vez se ha terminado el trabajo propio de fabricación de los componentes y el movimiento.
Algunas de las técnicas más conocidas son el perlado, el achaflanado, el avellanado, las “côtes de Genève”, el estirado de flancos y el pulido.
El objetivo de este tipo de acabados es doble: por un lado, eliminar cualquier tipo de rebaba o otra partícula que podrían impedir que el movimiento trabajase con la precisión adecuada y por otro, convertir el metal en una obra de arte de enorme belleza. Los acabados manuales también suavizan los bordes y protegen contra la oxidación.
Tanto si es por un objetivo como por el otro, la técnica del acabado manual requiere de grandes conocimientos y técnicas, muchas veces centenarias, así como de una gran destreza humana ya que muchas de estas decoraciones se realizan en superficies de dimensiones tan minúsculas que ni siquiera son apreciables sin el uso de una lupa o microscopio.
Patek Philippe exige un gran número de acabados en sus piezas para la obtención del Sello Patek Philippe, el cual se aplica al conjunto del reloj, englobando la bienfacture, la precisión, la fiabilidad y el servicio.